HOTEL ALMIREZ ^{* *}

Bonito lugar, buen servicio y comida

Vinimos a pasar fin de año, es la primera vez que lo celebramos fuera de casa y la verdad no pudo ser mejor. El lugar es precioso se respira paz las 24h en un ambiente familiar y acogedor. Las habitaciones cómodas, muy limpias, huelen súper bien y con una buena calefacción, la cama muy cómoda y desde la habitación hay unas vistas espectaculares a la sierra. Los amaneceres son preciosos y cálidos por el sol. Tienen un salón con biblioteca, juegos para los niños y películas donde pudimos disfrutar en familia. Tienen una piscina cerrada la cual está abierta prácticamente todo el año y un parque. La comida es excelente e inmejorable tanto los platos de carne como de pescado y postres, el desayuno abundante y completo y el pan es casero, una delicia. Los salones son amplios y con las chimeneas son muy acogedores. También tienen viñedos y bodega propia de más de 28 años. Pero sobre todo agradecer y destacar la atención, la pasión, el amor y la profesionalidad con la que nos atendieron, siempre con buena onda y sonrisas a: Luis, Olesya, José Antonio, Ainoa, Tere, Cristobal y el resto del personal. Nos hicieron sentir muy felices. Sin duda volveremos. Muchas gracias.

Llegamos ayer, el trato maravilloso, los dueños, amables y profesionales. El cocinero que es el dueño, elabora platos deliciosos. Tiene esa maestría en la cocina que ves en los mejores restaurantes. Gracias, sin duda volveremos y por supuesto vamos a recomendarlo.

Esta ha sido una visita repetida en varias ocasiones y en las que hemos visto su evolución, no siempre favorable, a través de varios responsables del establecimiento.
Bien, creo que esta vez el camino elegido es el adecuado. Buen servicio, buena presentación de platos y buen sabor!

Nos alojamos una noche en este hotel. Aunque parezca insignificante, no vimos indicaciones de donde aparcar al llegar, hay espacio pero no se indica, se aparca por suposición, un cartel no estaría mal. La recepción después de estar un rato buscando la llave, nos entrega la que teníamos asignada, la chica a algunas preguntas de horario de restaurante, entre otras, daba impresión de no tener mucha idea aunque su amabilidad era muy buena, tanto que hasta se ofreció a ayudarnos a subir el equipaje, ya que no hay ascensor y todas las habitaciones están en la primera planta. Estás son amplias aunque anticuadas y presentando inconvenientes como son: cabecero de cama metálico, con holguras y que suena en mitad de la noche al darle con la almohada, ruidos constantes de otras habitaciones por la finura de las paredes, cable de antena roto y que impedía ver una televisión de unas 15 pulgadas, nunca había visto una televisión tan pequeña, entraba aire a pesar de cerrar las ventanas y con el frió que hacía, al no funcionar la calefacción central, nos quejamos y la que se suponía la dueña, nos atendió de nuevo con una calidad humana excepcional, llevándonos una estufa de aceite y más tarde unos cafés en bandeja. Aclarar que la calefacción nos indicaron que no se enciende hasta las 5 de la tarde, ya que el aire acondicionado carece de bomba de calor. Sensaciones contrapuestas, mucha calidad humana y cortesía y poca calidad de habitaciones y falta de mantenimiento. Indicar que todo estaba muy limpio, más que en otros sitios que hemos visitado.