SOBO BADÈ
Sobo-Badè vereint natürliche Materialien, traditionelle afrikanische Bauweisen und die Fantasie des Modernismus à la Gaudí. Bei der Ankunft ist man fasziniert von der Schönheit und der Magie des Ortes, der Ruhe unter den Bäumen, angesichts der erhabenen Aussicht auf den Strand. Man findet hier etwa 50 Betten: Schlafsäle, Zimmer mit oder ohne eigenes Bad und Doppelzimmer mit Panoramablick. Die Besonderheit von Sobo-Badè ist, dass es auch ein Kulturzentrum ist. Seine große Originalität: Die Gäste können Privatunterricht bei den ansässigen Künstlern nehmen!
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Meinungen der Mitglieder zu SOBO BADÈ
Die nachstehenden Bewertungen und Meinungen geben die subjektiven Meinungen der Mitglieder wieder und nicht die Meinung von Le Petit Futé.
Une belle pause reposante lors d'un road trip au Sénégal.
La galette sobo Bade est délicieuse !!
Il y a des chats partout.
La plage juste en dessous est sympas.
Mais les alentours ne sont pas terribles.
Beaucoup de charme, plein d’activités à faire (culture musique etc )
Son plus grand point fort c’est son personnel d’une gentillesse extraordinaire
The omelette is also fine (1000 CFA).
Mi padre venía en avión por la noche y no sólo cuesta el triple que un taxi (Yango), pagamos 20000 CFA (30€) por un trayecto de 12 km, 30 minutos. Sino que el conductor debía esperarle con un cartel en la salida y estaba en el coche metido... Gracias a que en el aeropuerto había wifi, me pudo llamar para comentarle lo qué sucedía. Ya sabemos lo agobiante que es salir de un aeropuerto en algunos países en los que se te echan montones de personas encima a ofrecerte cosas, tocarte, etc. Siguiente: el coche. Echaba humo por dentro, a pesar de tener las ventanas abiertas, casi no se podía respirar dentro. Para colmo, al llegar me dice: "¿Quién me paga?" Yo creía que sería el hotel, puesto que no me habían dicho nada de que yo debía pagarle. Pensaba que todo se pagaría de forma conjunta al checkout. Pero finalmente le di a él los 30€, lo que no me gustó en absoluto, porque sé que el servicio NO vale eso y además, la prestación ofrecida fue mala.
Vimos varias ratas gigantescas a nuestro alrededor mientras estábamos cenando, pura alegría. Estamos en el campo-playa, no hay de qué asustarse, sólo para que no haya sorpresas.
También cogimos dos habitaciones: iguales y una, desgraciadamente tenía el baño fuera y la mampara que sujeta la cortina de la ducha estaba partida y era de hierro, pero sin más.
Por lo demás, fenomenal. El personal es amable y sonriente, el lugar de película, precioso.